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IN00444_.WMF (2188 bytes)A Clase con Casco

        Ni coña ni mentira ni trampa ni cartón. El autor de este artículo recomienda a los alumnos de la escuela que imparten clases en el pabellón tres o acuden al aula de estudio del mismo pabellón, que por su integridad física, acudan a las mismas equipadas con el equipo de protección personal  que más adelante detallamos.

        Debido a las goteras (por otra parte más famosas en el pabellón dos) se recomienda a  los alumnos vengan a clase equipados con un paraguas o en su defecto un lindo gorrito de pescador (véase anuncio del capitán Pescanova) y unas botas de caucho o goma que nos protejan del agua. Del mismo modo y debido a estas mismas goteras y añadiendo los extraños ruidos que provienen no se sabe bien si de la red eléctrica o las conducciones de la calefacción se recomienda así mismo añadir a los libros y cuadernos con los que asistir a clase unos guantes de rigidez dieléctrica adecuada y unas pértigas con el fin de garantizar la seguridad a la hora de abrir puertas y ventanas, encender todo tipo de interruptores y acceder sin problemas a las aulas. Por otra parte y en honor a la verdad hemos de decir que esto no es nada nuevo sino todo lo contrario y si no que se lo pregunten a un servidor que recibió una nada despreciable ducha que no dudó en ningún momento compartir con la compañera que se sentaba delante.

        Salvo anécdotas de este tipo nada tiene de graciosa la situación, lo malo es que si bien en estos casos no podemos hacer prácticamente nada ya que no es culpa de nadie el estado actual de la escuela, los últimos incidentes acaecidos en la misma nos lleva a incluir un nuevo artículo en nuestro equipo de protección personal, el casco. Los des-hechos que nos llevan a hacer esta afirmación ocurrieron a principios del mes de Abril durante la celebración de una clase de termodinámica y se repitieron en sucesivos días en otras asignaturas. El caso que nos ocupa es que alguien decidió dedicar su tiempo convirtiendo la clase en una zona de tiro al blanco, de saber quienes son yo mismo les recomendaría hablar con Angel Burgos para que se dedicaran a dar clases de tiro con tirachinas para aquellos a los que el arco les parezca un instrumento demasiado civilizado para sus pretensiones olímpicas. Después de la agresión a la que compañeros nuestros fueron expuestos fue el mismo profesor (Amadeo) el que tuvo que acercarse a secretaría y llamar a la policía para que intentara dar caza a los desalmados a los que nos referimos. Ahora nos tomamos a coña lo que allí paso pero el resultado de todo esto fue la rotura de dos cristales por medio de piedras que frenaron su trayectoria gracias a las cortinas. Aún peor es la situación si decimos que no se trata de un hecho aislado , la verdad es que ya se ha repetido varias veces, otra fue a principios de marzo y el objetivo de la agresión por llamarlo de alguna manera fueron las ventanas de la sala de esIN00531_.WMF (1644 bytes)tudio del pabellón tres, en este caso alguna de las ventanas estaban abiertas y para nuestra fortuna o desgracia la agresión no se produjo con piedras sino con los  excrementos de algún animal, nuestra única duda es saber si fue un animal cualquiera el que dejó el regalito ahí para que unos cerdos nos obsequiaran con su aroma y color o si el animal que lanzó el regalito fue el mismo que plantó el pino, al final todo se quedó en una muestra desagradale de la humanidad que nos rodea y no causó más daño que el hecho de que tuviéramos que abandonar la sala debido al olor que en ella reinaba.

        Respecto a la autoría de los actos a mí personalmente no me queda ninguna duda de que se trataba de los mismos sujetos en ambos casos y que eran externos a la Escuela. Me baso en el primer ataque para sostener mis argumentos ya que ningún compañero en su sano juicio nos arrojaría a la sala de estudio tan lindo regalito, por lo que agradeceríamos que dejaran de correrse los rumores que han aparecido atribuyendo la autoría de los hechos a algún compañero no del todo conforme con la nota que sacó en la asignatura de “termo” ,lo único que sentiría sería que después de todo hasta el mismo Amadeo se sintiera amenazado por sus propios alumnos tras este macabro incidente del que por otra parte, pongo la mano en el fuego, nada tienen que ver.

        Mi mayor reproche y denuncia a los animales que obraron de tan inhumana forma y cuyas pretensiones y comportamiento no llegaré nunca a entender. Tan sólo espero que los pillen y les den su merecido. Sólo siento vergüenza ajena.

Neptuno

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Revista Ingenieros
Fco.Javier Marín Trigo
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Toledo - 1997-98